Calendario Curso 2010/2011

lunes, 19 de noviembre de 2007

Bakarrik gero arte gure printzesa

Muchos y muchas ya no se acuerdan y hay otros tantos, que creen que sólo es una leyenda, pero hace mucho mucho tiempo (bueno, la verdad es que no tanto, poco más de seis años), en un rincón (para ellos algo parecido a un aposento) del castillo de la Madalena , se juntaban cuatro plebeyas y un bufón, guiados por un caballero al que llamaban el Rua y que estaba desterrado de su reino.



Al aposento lo conocerían como Kilimusi, y a los plebeyos que allí trabajaban , los distinguían por el “pañuelo” que se colgaban del cuello.



El propósito de nuestras jóvenes amigas , era transformar su aldea y así acabar con los dragones que hacían que su rey no pudiera reinar en armonía.



Los primeros años no fueron fáciles, nadie les entendía en el castillo. Ellas trabajaban duro, pero sentían que no se les tenía en cuenta, y tampoco entendían las normas y costumbres del resto de la corte, por lo que la convivencia, a veces era complicada.



Aun así, nuestras amigas siguieron trabajando en su rincón. Trabajar para su rey, no siempre era fácil, pero se veían recompensadas, cuando los pequeños del pueblo, sonreían y agradecían su trabajo , con gestos de cariño.



Paso el tiempo y el Rua las tuvo que dejar, una noble dama reclamaba sus servicios. Pero a ellas, se unieron más plebeyos atraídos por el honor de trabajar para el rey y la alegría que nuestras amigas trasmitían. Cada vez se sentían con más fuerza, su pequeño rincón se transformó en uno de los aposentos más vivos del castillo. Además el rey, se sentía muy honrado al conocer los buenos servicios que las plebeyas prestaban, por lo que cada vez, enviaba a más pequeños del pueblo.



Llego al castillo un nuevo noble que se sorprendió de la tarea que nuestras amigas realizaban y decidió acompañarlas, trasmitiéndoles sus conocimientos del reino y lidiando en las pequeñas batallas que estas, tenían con el resto de la corte.



Las batallas desaparecieron, pues se dieron cuenta de que toda la corte, estaba al servicio del rey, y que acabar con los dragones era lo importante. El resto de los nobles admiraron el trabajo de nuestras amigas y afortunadamente a ellas, se unían más jóvenes plebeyas.



Un día, una de ellas comunico al resto que tras años de servicio, veía el momento de abandonar y servir al rey en otro lugar, pero dio su palabra, de no olvidar a quienes allí había conocido y prometió volver cuando se le requiriese.



Aunque era un momento triste, decidieron hacerle una fiesta de despedida. Organizaron un gran banquete, donde acudieron todos los plebeyos y plebeyas pertenecientes a Kilimusi.



Cuando menos se lo esperaba, la joven plebeya fue sorprendida por sus amigas, ya que le habían pedido al rey que antes de marchar, la convirtiera en princesa, alegando un sin fin de razones que el rey, no pudo desestimar. Siempre fue la plebeya más tímida de todas, pero poseía un gran corazón que le hacía enternecer a quienes con ella se cruzaban. De lágrima fácil, no podía ocultar nunca su indignación ante las injusticias. Con los mejores conocimientos sobre la música y la danza de su época, sacaba lo más atrevido de sí. Provocaba sonrisas inmensas, cuando dejaba escapar a la bufona que llevaba dentro. Se dejaba la piel en las labores del reino, estaba convencida de que había que acabar con los dragones y tenía valor para enfrentarse a ellos. No había duda, alguien así, tenía que ser una princesa.





Son muchas las razones por las que te hemos hecho princesa antes de marchar, pero recuerda



la más importante , TE QUEREMOS.


Siempre habrá un lugar para ti en nuestra familia, eres parte de ella. Te vamos a echar de menos, esperamos que no nos olvides. Mucha suerte en la nueva etapa que comienzas.



Muxu asko eta beti prest!!